CANCIÓN MATINAL
El amor te puso en marcha como un gordo reloj de oro.
La partera te dio una palmada en las plantas de los pies, y tu grito
Tomó su lugar entre los elementos.
Nuestras voces hacen eco, multiplicando de tamaño tu llegada. Nueva estatua
En un museo recorrido por chiflones de aire, tu desamparada desnudez
Le hace sombra a nuestra seguridad. Estamos de pie alrededor sin expresión
[como paredes.
Claro que no soy tu madre
Como no lo es la nube que destila un espejo que refleja su propia lenta obnubilación A manos del viento.
Toda la noche tu aliento suave como ala de polilla
Parpadea entre planas rosas color de rosa. Me despierto a escuchar:
Un lejano mar se agita en mi oído.
Un grito, y me levanto tropezando de la cama, pesada como vaca y floral En mi camisón Victoriano.
Tu boca se abre limpiamente como la de un gato. El cuadrado de la ventana
Se vuelve blanco y se traga sus estrellas aburridas. Y ahora ensayas
Tu puñado de notas;
Las claras vocales se elevan como globos.