LA ESCALA DE BEAUFORT
para Jessica
está pasada de moda, no indica con precisión
la velocidad del viento, y por lo tanto se encuentra
solamente en textos antiguos de navegación.
Conserva, sin embargo, un significado primario:
es útil para medir climas cardíacos.
Clasifica la CALMA como la tarde larga
ensimismada en que los gorriones
chirrean como viejas ruedas de carreta y "el humo
asciende vertical"; "el humo flota a la deriva" en un AIRE LIGERO.
En una BRISA LIGERA
"las hojas se agitan". Una BRISA SUAVE
pone "en movimiento... hojas y las extremidades de las ramas".
En una BRISA MODERADA "vuela el polvo; y el papel;
se mueven las pequeñas ramas". Luego; en una BRISA FRESCA, "se mecen
los árboles chicos", notamos "pequeñas olas en el agua".
En una GRAN BRISA
"se mueven las ramas grandes; los paraguas son arrebatados".
"Los árboles enteros se mueven; es difícil caminar" en un VIENTO FUERTE.
En un VENTARRÓN" se rompen las extremidades de las ramas". Después siguen
el VENTARRÓN FUERTE ("se lleva tejas sueltas y chimeneas"),
el TEMPORAL ("puede arrancar árboles"), la TORMENTA
("los daños son extensos") y por fin el HURACÁN,
en que "todo puede ser destruido".
Cuando ya nada queda, el corazón marinero abollado y con los mástiles desnudos puede encontrar en el ojo de los vientos en lucha, el centro de las aguas, la CALMA.
vienen para irse y se van para venir
como de la lluvia surgen brillantes
cosechas y negras ramas verdes
y ciudades florecen con niños
y vacas cansadas ofrecen gordas ubres
y becerros con temblorosas patas
borrachos de leche atraviesan
el pasto con mente alucinada
se nace de lo caduco
nada de otra manera nace
nada muere nunca sólo
tú tú tú tú