RETRATO DE UNA MUCHACHA EN NEGRO Y BLANCO
Una muchacha está sentada en un cuarto negro. Es tan blanca
que las ciruelas se han caído de los árboles.
Helados vientos arrojan gansos
a su cabello.
El cuarto es negro,
pero los gansos vagan en él
irrumpiendo en su mente
y encerrando el cuarto
en su propio secreto negro.
No está sola, porque se oye el ruido
de cien alas,
y se percibe al pudrirse la fruta en la oscura tierra el olor del tiempo que pasa.
Una muchacha está sentada en un cuarto irreal
peinando su cabello irreal.
El aleteo de los gansos
ha desprendido las ciruelas
haciéndolas caer de los árboles,
y el viento las ha congelado todas
para retener a la muchacha en el cuarto negro
peinando su irreal
cabello.
Una muchacha está sentada en un retrato con el fondo pintado de negro, se peina el cabello.
Es tan blanca que el viento ha roto las ciruelas
y dispersado los gansos.
El invierno ha llegado.
El ruido de las alas es tan fuerte que no oigo
nada
y tengo que mirar fijamente desde el retrato y seguir peinando mi irreal cabello negro.