Esta señora vestida con una bata blanca que llama peignoir,
Es, por el momento, la amante de mi amigo,
Y las delicadas patas blancas de su pequeño perro blanco
No son más delicadas que ella,
Ni Gautier mismo hubiera despreciado este contraste de
Si la viera sentada en ese gran sillón [blancuras
Entre dos velas indolentes.