Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
Enamorada de la poesía, Isabel Fraire llegó a 75 años de vida. Por tal motivo, Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes, a través de su Coordinación de Literatura, organizaron una mesa de discusión en la que Dionisio Morales, Jesús Quintero y Rene Avilés Fábila disertaron sobre la obra de la poeta.
La celebración literaria se llevó a cabo este domingo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, a donde acudieron más de un centenar de personas que escucharon a Isabel Fraire leer algunos de sus poemas reunidos en el libro Puente Colgante.
Fraire es una destacada crítica literaria, poeta y traductora que ha contribuido de manera importante en el arte y la literatura en México desde principios de los años 60. Poetas como Octavio Paz ha reconocido y enaltecido su obra al señalar que "Isabel Fraire es viento. No el que perfora la roca sino el que disemina las semillas. Su poesía es un continuo volar de imágenes que se disipan, reaparecen y vuelven a desaparecer".
Durante el homenaje, el narrador y ensayista Rene Aviles Fabila recordó que Fraire pertenece a una generación de talentosos escritores que aún busca a sus grandes biógrafos. Además, lamentó que a pesar del éxito internacional que ha tenido, en México su literatura no es tan conocida.
En el marco de la poesía contemporánea en México, la obra de Fraire se caracteriza por poseer un tono desgarrado y angustioso que indaga la condición de ser mujer, lo que la sitúa junto a escritoras como Emma Godoy, Rosario Castellanos, Margarita Paz Paredes, Dolores Castro y Griselda Álvarez.
Al respecto, Avilés Fábila destacó que Fraire es y ha sido una enamorada de la poesía, poeta ella misma desde su adolescencia, con una especial sensibilidad y periodista de altos vuelos.
La trascendencia que ha logrado en México es notoria, como pueden atestiguar las publicaciones en las que ha aparecido su obra, como lo son 15 de sus poemas que se incluyen en la mítica antología Poesía en movimiento, realizada por Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis en 1966.
Y es que según reflexionó el poeta y ensayista Dionisio Morales, toda su vida Fraire ha sido "chiquita pero picosa", sobre todo cuando de defender y exponer un punto de vista se trata. "Sus argumentos me sorprendían y los tomaba como una clase de literatura, impartida en la más abierta forma de pensamiento".
El poeta recordó que Fraire tiene una obra crítica muy abundante que ojalá pueda ser reunida en un día no muy lejano. "Para Fraire la luz es la huella invisible del silencio cuando del amor se trata. Sus poemas son tan humanos como los de Vallejo, tan amorosos como los de Neruda, tan certeros como los de Atila Joseph. Es una poeta que ha tocado los dos extremos equilibristas de la gran poesía", dijo.
Como traductora, Fraire ha logrado traducir con particular fidelidad a grandes escritores -como T.S. Elliot, Wallace Stevenson y Ezra Pound- en la publicación Seis poetas de lengua inglesa (1976).
Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, dirigió varios talleres de poesía. Ha colaborado en Katarsis (Monterrey), Revista de la Universidad de México, La semana de Bellas Artes, Proceso, Diálogos, Plural, Siempre!, México en la Cultura, Unomásuno, Sábado y Revista Mexicana de Literatura. En 1977 fue becada por la Fundación Guggenheim y en 1978 recibió el Premio Xavier Villaurrutia por Poemas en el regazo de la muerte.
Isabel Fraire comenta en su ensayo titulado Variaciones sobre el amor "Enamorarse de verdad es acceder, de alguna manera, al cielo en la tierra, a la satisfacción plena de todos los sentidos y a la vibración de todos los átomos del propio cuerpo y de lo que nos rodea. Es la revelación del mundo".
MAC